Key takeaways (TL; DR):
El correo electrónico sigue siendo el principal vector de fraude en 2025.
Los dominios hiperdesechables crecen y reducen la eficacia de los controles tradicionales.
La verificación OTP corta el riesgo de multicuentas y ATO desde el onboarding.
Didit permite integrar la verificación de email en minutos mediante Workflows o API.
El email es el identificador más usado en internet… y también el más atacado. En 2024, el FBI registró 16,6 B $ en pérdidas por ciberdelitos (+33% interanual), con el correo en el centro de muchos incidentes reportados (fuente). A esto se suman los dominios hiperdesechables, que nacen y caducan en días y ya representan una parte sustancial de los intentos de alta: alrededor del 46% de los dominios desechables de alto riesgo son hiperdesechables (AtData). El resultado es claro: si tu negocio vive del onboarding y la confianza, verificar el correo de forma moderna—rápida, medible y consistente—se vuelve indispensable para proteger crecimiento y métricas.
Si lideras compliance o diriges una fintech/marketplace, esta guía te ayudará a reforzar el alta y los cambios de credenciales sin romper la conversión: qué mirar, cuándo verificar y cómo hacerlo con una experiencia limpia.
El correo electrónico aparece en todos los momentos críticos del customer journey: alta, recuperación de cuenta, cambio de credenciales, notificaciones de seguridad y flujos transaccionales. Si el correo se verifica pronto (durante el onboarding) y de forma periódica (sobre todo cuando cambian los perfiles de riesgo), la superficie de ataque queda drásticamente reducida. Además, contar con correos verificados ayuda a mejorar la estrategia de email marketing, ya que mejora la entregabilidad, reduce los rebotes y aporta mejor trazabilidad.
Los informes recientes destacan principalmente tres vectores fraudulentos vinculados al email:
La verificación de email refuerza los controles de KYC (Know Your Customer) al demostrar que la persona que intenta verificarse controla la cuenta declarada, reduciendo altas con datos prestados, robados o incompletos. También potencia la autenticación basada en riesgo: si el contexto es anómalo, se puede solicitar un paso adicional; además, mejora la trazabilidad para auditorías y revisiones. Las evidencias respaldan que adoptar estos controles reduce significativamente el compromiso de cuentas.
Antes de entrar en detalle, un matiz importante: el OTP por email comprueba la propiedad del buzón en ese momento, pero no distingue por sí mismo si la dirección es desechable o hiperdesechable. Por eso funciona mejor cuando se combina con validación y señales de reputación (formato, MX/SMTP, edad/categoría de dominio, exposición a brechas). Con ese contexto, la verificación con OTP aporta rapidez y certeza de ownership; la validación mejora la higiene del canal y ayuda a decidir cuándo pedir el OTP.
Cuando hablamos de controles de seguridad sobre el correo, hay dos objetivos complementarios:
Este enfoque multicapa permite a las organizaciones garantizar la propiedad de una cuenta de correo en segundos gracias a los códigos OTP, mientras mejora la entregabilidad gracias a un buzón saludable.
Un correo desechable (o temporal) es un buzón de vida corta (minutos, horas o incluso pocos días), pensado para registrarse sin exponer el email real. Existen servicios que generan direcciones al instante y algunos incluso muestran los mensajes de forma pública. ¿El resultado? Se pueden recibir emails de verificación y desaparecer después.
La tendencia de 2025 habla de correos hiperdesechables, con dominios que nacen y caducan a gran velocidad. Los datos indican que alrededor del 46% de los dominios desechables de alto riesgo ya son hiperdesechables, lo que multiplica la rotación y complica cualquier defensa basada únicamente en listas.
Sí… pero con límites. El OTP por email verifica la propiedad del buzón en ese instante y, por sí solo, no distingue si la dirección es desechable o legítima. Aun así, la verificación OTP es clave en el customer journey y contribuye a la mitigación cuando se combina con señales de riesgo (validación, reputación, detección de desechables) y con rutas adaptativas.
No siempre es necesario re-verificar a todos los usuarios: conviene hacerlo cuando el contexto cambia y/o el riesgo sube. La idea es aplicar un paso adicional solo en momentos críticos—por ejemplo, retiradas o cambios de contraseña—usando factores como verificación por email o autenticación biométrica. Así se blindan los puntos sensibles sin castigar al conjunto de usuarios.
La verificación de email de Didit confirma la propiedad de un correo mediante un código OTP enviado a la bandeja de entrada del usuario. Puede usarse dentro de flujos de verificación de identidad o como control independiente, y se integra tanto con Workflows sin código como mediante API.
Los resultados se muestran mediante webhooks y un dashboard con estados y motivos de decisión, lo que facilita las auditorías.
Conoce más en la documentación técnica de verificación de email de Didit.
La verificación de emails puede realizarse en distintas etapas del customer journey:
En 2025, el email no solo es un canal de comunicación: es un punto crítico de control. Implementar verificaciones OTP inteligentes permite cortar el fraude antes de que ocurra y fortalecer la confianza digital. Con Didit, integrar la verificación de email es cuestión de minutos: Workflows o API, resultados y motivos vía webhooks y dashboard, y trazabilidad lista para auditoría.