Key takeaways (TL;DR)
El KYC Workflow es la estructura que define cómo verificas identidades, aplicas controles AML y tomas decisiones automáticas.
Los workflows sin código permiten lanzar verificaciones personalizadas sin depender del equipo de desarrollo.
Automatizar tu KYC reduce la fricción del onboarding, mejora la conversión y puede recortar los costes operativos hasta un 70%.
Didit ofrece un builder visual con módulos de documento, biometría y screening, totalmente auditables y conformes con GDPR y AML/CFT.
Si lideras un departamento de compliance o ingeniería en una fintech o plataforma con onboarding, seguro que te suena esta frase: el KYC nunca “termina”. Cambia la normativa, evoluciona el fraude y los equipos necesitan aplicar cambios con urgencia.
¿El resultado cuando todo depende de desarrollo? Usuarios que abandonan (hasta el 63–67 % en procesos digitales largos o confusos, según informes recientes del sector), costes al alza y clientes perdidos por demoras durante el alta.
De hecho, el 70 % de los bancos afirma haber perdido clientes por retrasos en el onboarding según distintos estudios.
Mientras tanto, la demanda de verificaciones de identidad no deja de crecer —más de 70 000 millones de checks en 2024, según Juniper Research— y los equipos de cumplimiento siguen luchando contra los falsos positivos masivos durante el AML Screening.
Un workflow de KYC sin código ataca estos puntos: te permite diseñar, publicar y auditar el flujo en pocos minutos, reducir fricción donde no aporta valor y endurecer controles sin bloquear a producto.
Un workflow de KYC es la orquestación de pasos, reglas y decisiones que terminan en aprobado, en revisión o rechazado. Cada empresa adapta su flujo según sus políticas, pero normalmente combina captura de datos y documentos, biometría (Face Match 1:1 y Passive Liveness), y AML Screening con chequeos de edad, domicilio o cuestionarios de riesgo.
Un workflow de KYC no es un formulario bonito ni un SDK rígido: es lógica de negocio gobernada, con versionado y trazabilidad, que puedes ajustar por riesgo, país o producto, sin tocar código.
En plataformas como Didit, este tipo de flujo se construye visualmente con un builder no-code: eliges módulos (documento, biometría, screening, etc.), defines las reglas y publicas a producción en minutos, sin dependencias de desarrollo.
Más allá de la verificación de identidad, las instituciones financieras deben cubrir las obligaciones de Prevención de Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo (AML/CFT).
Un flujo KYC sólido incluye:
Con un enfoque no-code, esta parametrización vive en políticas configurables que el propio equipo de compliance gestiona, dejando al equipo técnico centrado en lo esencial.
La arquitectura de un KYC Workflow no-code se apoya en tres capas principales:
Gracias a los workflows no-code, podrás cambiar reglas y publicar nuevas versiones en producción con control y trazabilidad total.
Antes de trabajar sobre el orquestador visual, define todos los estados de verificación y cuándo aplican: Not Started, In Progress, Approved, Declined, KYC Expired, In Review, Expired o Abandoned.
Sobre esa base, define umbrales de riesgo y zonas grises: incorpora indicadores biométricos, resultados de AML Screening y reglas automáticas para determinar qué sesiones se aprueban, se rechazan o pasan a revisión.
Además, añade fallbacks (respaldos) en funcionalidades clave, como en Age Estimation, donde puedes solicitar verificación documental si la estimación biométrica cae en zona gris.
Una capa bien diseñada puede recuperar un porcentaje significativo de verificaciones y mejorar la conversión.
El AML Screening no es un “sí o no”. La lógica difusa (fuzzy matching) analiza variaciones de nombres, tildes o transliteraciones, ampliando la detección.
Además, permite ajustar controles por jurisdicción, producto y riesgo del cliente, con bases de datos que se actualizan continuamente.
Cuando surgen falsos positivos —algo habitual—, define criterios de auto-clear auditables (por ejemplo, coincidencia de nombre pero distinta fecha de nacimiento) y listas blancas para reincidentes legítimos.
Aunque la mayoría de casos se resolverán automáticamente, algunos requerirán revisión manual: umbrales amplios, hits de AML, inconsistencias documentales o riesgo elevado.
En esos casos, prioriza por riesgo, país o motivo y aplica, si procede, el principio four-eyes de la ONU (UNIDO): ciertas decisiones de riesgo deben validarse por dos personas distintas.
Todo debe dejar un rastro auditable: los logs son tu mejor defensa.
Además, la exportación de sesiones debe poder hacerse con un solo clic para auditorías o revisiones internas.
Un buen builder de workflow de KYC te permite automatizar el proceso completo sin escribir código: verificación documental, validación biométrica, screening AML y decisiones automáticas (approve, decline, review).
La automatización operativa reduce el abandono y evita errores humanos, manteniendo la trazabilidad. La ventaja: todo se configura, no se programa.
El objetivo no es “pasar todo”, sino pasar lo bueno al menor coste posible. Activa módulos por riesgo, país o producto: no todos los usuarios necesitan la misma profundidad de verificación.
Gracias a soluciones modulares como Didit, puedes evitar paquetes cerrados y pagar solo por verificaciones completadas.
El plan Free KYC (verificación documental, Face Match 1:1 y liveness pasivo ilimitados) permite reducir costes operativos hasta un 70 %, según casos reales de clientes Didit.
Automatizando los procesos, mientras reduces falsos positivos y optimizas la posición de los módulos, mejoras la conversión y bajas el CAC.
El abandono por fricción existe —y puede dispararse si la verificación es torpe—, por lo que controlarlo es clave para proteger ingresos.
Montar un workflow de KYC sin código es la forma más rápida y segura de lanzar verificaciones personalizadas sin sobrecargar a tu equipo técnico.
Permite a compliance gobernar políticas, umbrales y normativas; y a desarrollo, iterar con agilidad, reduciendo costes y tiempo de salida a mercado.
Con Didit, puedes hacerlo hoy mismo: construir, versionar, auditar y escalar tu workflow de KYC sin comprometer cumplimiento ni experiencia de usuario.