Key takeaways
Brasil registró 3,47 M intentos de fraude en el 1T-2025; el sector bancario concentró el 54% del total.
Tras los ataques de julio de 2025, el BCB fijó un tope de R$ 15.000 por operación para ciertos participantes y exige rechazar pagos con sospecha fundada.
La defensa eficaz combina verificación documental, biometría con liveness, señales de dispositivo (IN 491) y monitoreo continuo.
Didit reduce fraude con más automatización, flujos no-code/APIs y un plan KYC gratuito e ilimitado con precios transparentes.
Brasil afronta un nivel de fraude preocupante: 3,47 millones de intentos solo en el primer trimestre de 2025, es decir, uno cada 2,2 segundos. En ese mismo período, bancos y tarjetas concentraron el 54% de los intentos, lo que confirma que las instituciones financieras siguen siendo el principal blanco. Además, el país sufrió en julio de 2025 un ciberataque a gran escala contra un proveedor conectado al ecosistema Pix, con al menos R$ 400 millones desviados y varias instituciones afectadas, lo que puso en evidencia fragilidades en conexiones críticas con el SPB.
La respuesta no se hizo esperar: el Banco Central do Brasil (BCB) endureció las reglas con un límite de R$ 15.000 por transacción para ciertos participantes y con el rechazo obligatorio de pagos a cuentas con “fundada sospecha de fraude”.
Si te preocupa el fraude bancario en Brasil, este artículo ofrece una guía clara sobre procesos KYC/AML, la evolución de la normativa y cómo fortalecer una defensa antifraude sin deteriorar la experiencia de cliente.
Aunque suelen ir de la mano, KYC (Know Your Customer) y CIP (Customer Identification Program) son dos cuestiones diferentes. El KYC es el marco de identificación, verificación y perfilado de riesgo de un cliente a lo largo de su vida; mientras que el CIP es el procedimiento específico de identificación que verifica los datos ofrecidos por el cliente, como nombre, fecha de nacimiento, etc.
Poniendo el foco en el sector bancario brasileño, el término CIP se equipara a los procedimentos de identificação do cliente exigidos por el marco PLD/FT y sienta las bases para el proceso de KYC continuo que exigen los reguladores.
El encaje normativo brasileño refuerza esta lógica basada en riesgo. La Circular BCB 3.978/2020 y ajustes posteriores (como la Resolução BCB 119/2021) obligan a mantener políticas y controles PLD/FT que cubran la identificación/verificación del cliente y el monitoreo durante todo su ciclo de vida. En la práctica: saber quién es el cliente en el alta y seguir conociéndolo después (cambios de comportamiento, revalidaciones, evidencias de auditoría).
A esta base se suman normas específicas que impactan la ejecución del KYC en Brasil. La Resolução Conjunta nº 6/2023 institucionaliza el compartir datos sobre indicios de fraude entre instituciones, cerrando huecos y acelerando bloqueos coordinados; el BCB mantiene una FAQ pública con su alcance práctico.
En el ecosistema Pix, la Instrução Normativa BCB nº 491/2024 añade una capa operativa crítica: registro y gestión de dispositivos que inician transacciones y gestionan claves. Para reducir fraude, dispositivos no registrados tienen limitaciones por transacción (R$ 200) y límites diarios (R$ 1.000).
Finalmente, tras los incidentes de 2025, el BCB aprobó la Resolução BCB nº 501/2025: obliga a rechazar pagos dirigidos a cuentas con fundada sospecha de fraude y a comunicar la decisión al cliente; ver también la Nota 20832 con alcance y plazos.
El robo de móviles sigue siendo la principal puerta de entrada al crimen financiero. Por eso, frenar el fraude en el sector de la telefonía en Brasil es clave. El modus operandi es claro: una vez tienen el dispositivo, fuerzan accesos mediante ingeniería social, credenciales filtradas o incluso extorsión al legítimo dueño. Con el control del dispositivo, los delincuentes pueden interceptar SMS, correos y otros OTP para entrar en plataformas financieras. Ahí comienza la pesadilla para usuarios y bancos.
La magnitud no es marginal: entre enero y marzo de 2025, Brasil registró 3.468.255 intentos de fraude (≈1 cada 2,2 s) y el sector bancario/tarjetas acumuló 1.871.979 intentos (54% del total). Mirando el daño en personas y dinero, más de 24 millones de brasileños fueron víctimas de golpes con Pix o boletos falsos entre junio de 2024 y junio de 2025, con una pérdida media de R$ 1.198 por persona y un impacto agregado cercano a R$ 29.000 millones.
¿Qué son “boletos falsos” y por qué importan?
En Brasil, el boleto bancario es un documento de cobro con código de barras o QR. En los boletos falsos, ese código está manipulado para que el pago vaya a la cuenta del estafador, aunque el PDF o la maquetación parezcan legítimos. Para mitigarlo, los bancos deben validar el beneficiario (nombre y CNPJ), el banco emisor y QR en canales autenticados, además de reforzar el KYC del destinatario (cuentas nuevas o atípicas).
La biometría aislada (un selfie puntual) no es suficiente frente a falsificaciones y deepfakes. Funciona mejor integrada en una defensa en profundidad: verificación documental, Face Match 1:1, liveness, señales de dispositivo y comportamiento para autorizar operaciones sensibles.
Sabida la teoría, toca cerrar huecos. Algunas plataformas muy extendidas en Brasil han demostrado límites: IDWall depende en exceso de revisiones manuales (más lentitud, más coste), mientras que Unico se centra en riesgo binario foto y CPF y no ofrece una plataforma end-to-end con verificación documental, AML y workflows flexibles.
En un entorno de fraude masivo, estas carencias se traducen en pérdidas y fricción.
El incidente de julio de 2025 contra un proveedor de conectividad del ecosistema Pix reveló debilidades de terceros críticos; los reportes apuntan a ≥ R$ 400 millones desviados y varias instituciones afectadas. La reacción del regulador fue inmediata: tope de R$ 15.000 para IPs no autorizadas o conectadas vía PSTI (Provedor de Serviços de Tecnologia da Informação), y, días después, un mandato para rechazar pagos a cuentas sospechosas, reforzando la responsabilidad de los bancos en la decisión y su fundamentación.
Para equipos de compliance que necesitan reducir fraude sin atascar el onboarding, Didit aporta más señales, más automatización y menos revisión manual. La plataforma combina verificación documental, biometría con liveness y Face Match 1:1, validación en fuentes oficiales y AML Screening para cortar suplantaciones, identidades sintéticas y deepfakes con una profundidad que los flujos manuales no alcanzan.
El núcleo de Didit se apoya en tres capas:
Juntas, estas capas reducen fraude y falsos positivos, con trazabilidad para auditoría. La orquestación es otro diferencial: workflows no-code para lanzar en minutos y APIs/SDKs abiertos para personalizar a demanda. Nuestro modelo de precios también es transparente: ofrecemos el primer y único plan de KYC gratuito e ilimitado, con funciones premium sin suscripciones, mínimos y créditos prepago que no caducan. Solo pagarás por verificaciones completadas para tener un control minucioso del gasto.
El resultado para compliance: menos revisión manual, altas más rápidas, mejor conversión y control desde el primer segundo —sin sacrificar la UX y con despliegue inmediato en sandbox.