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Key takeaways
La verificación de identidad o KYC es una poderosa herramienta en la lucha contra delitos financieros como el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, yendo más allá de un simple requisito regulatorio para convertirse en un pilar fundamental de los esfuerzos de prevención.
Implementar procesos sólidos de KYC ofrece múltiples beneficios a las empresas, incluyendo el cumplimiento normativo, la prevención del fraude de identidad, la mejora en la calidad de los datos y la protección de la reputación corporativa.
Integrar efectivamente el KYC con medidas más amplias de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo (AML/CFT) permite a las organizaciones crear una defensa robusta contra los delitos financieros, aprovechando la sinergia entre estos procesos complementarios.
Si bien la implementación de KYC/AML presenta desafíos como el equilibrio entre seguridad y experiencia del usuario, la actualización constante de datos y la adaptación a normativas cambiantes, superar estos retos es crucial para que las empresas fortalezcan su posición en un panorama financiero en continua evolución.
¿Sabías que el lavado de dinero representa entre el 2% y el 5% del PIB mundial? En números hablamos de unos 2 billones de dólares blanqueados cada año. En la lucha contra estos delitos financieros, los procesos de verificación de identidad (KYC) desempeñan un papel fundamental. El KYC (Know Your Customer, por sus siglas en inglés), es un requisito regulatorio, pero además una poderosísima herramienta para prevenir el lavado de dinero, la financiación del terrorismo y otras actividades ilícitas.
En este post vamos a analizar en profundidad la importancia que tiene el KYC en el panorama financiero actual. ¿Estás listo para llevar tus conocimientos acerca de la verificación de identidad al siguiente nivel? ¡Sigue leyendo!
El KYC es un conjunto de procedimientos que las instituciones utilizan para verificar la identidad de sus clientes. Hablamos habitualmente de organizaciones financieras, o relacionadas con el ámbito económico, aunque cada vez más industrias aplican este proceso.
El proceso de verificación KYC es crítico en la lucha contra los delitos financieros, pues sienta las bases de la relación comercial con las personas, pero es fundamental no confundirlo con otros procesos, como la prevención del blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo (AML/CFT).
Los componentes principales del KYC incluyen:
Las regulaciones de verificación de identidad o KYC varían según el país e incluso el sector. Por ejemplo, las normativas de KYC en España las rige la Ley 10/2010 de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo; mientras que en otros países como México o Estados Unidos, los marcos regulatorios son diferentes.
Sin embargo, la mayoría de normativas sí confluyen en algunos aspectos clave, como la comprobación de la identidad mediante documentos reales y auténticos o la conservación de dicha documentación durante un periodo de tiempo (determinado por las normativas locales).
Los beneficios de un proceso de KYC robusto ofrece importantes ventajas para aquellas organizaciones que los integran. Desde cumplimiento normativo, a prevención del fraude de identidad a la protección reputacional.
La obligatoriedad del KYC varía según la jurisdicción. Sin embargo, a nivel general, es un requisito legal para una amplia gama de entidades de todo el mundo. A nivel internacional, los sujetos obligados a implementar procesos de KYC incluyen a instituciones financieras, como bancos, fintechs, etc; proveedores de activos virtuales, como exchanges de criptomonedas; casinos o apuestas (gambling) o profesionales del sector inmobiliario, entre otros muchos actores.
En este sentido, es importante destacar que las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) han sido adoptadas por más de 200 países y jurisdicciones. Estas recomendaciones establecen el KYC como un componente esencial de las medidas de debida diligencia del cliente (Customer Due Diligence o CDD, en inglés).
Sin embargo, la implementación específica puede variar en función de la zona. Por ejemplo, en la Unión Europea, la 5ª Directiva Anti-Blanqueo (AMLD5) amplía el alcance de los sujetos obligados e introduce algunos requisitos más estrictos sobre el KYC; mientras que en Estados Unidos, la Ley del Secreto Bancario (BSA) y la ey USA PATRIOR son las que marcan los requisitos de verificación de identidad para las instituciones.
En este sentido, la tendencia al compliance-first hace que muchas compañías decidan implementar procesos de KYC sin estar obligadas a ello, como parte de sus buenas prácticas en gestión de riesgos.
Los procesos de Know Your Customer (KYC) y las medidas de prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo (AML/CFT) son pilares fundamentales en la lucha contra los delitos financieros. Pero, ¿en qué se diferencian? ¿Cómo se complementan estos procesos para crear una defensa robusta para los negocios?
Aunque hemos visto que KYC y AML/CFT van prácticamente de la mano, tienen enfoques y objetivos distintos.
De esta forma, podemos decir que la verificación de identidad (KYC) es el paso previo a implementar los procedimientos de AML/CFT, que se encargan de monitorizar y prevenir actividades ilícitas de forma continua.
El proceso de KYC es fundamental para establecer una base sólida para implementar posteriormente estrategias efectivas contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo (AML/CFT).
En primer lugar, el KYC permite a las instituciones realizar un perfil antes de establecer cualquier relación comercial. Esta evaluación se basa en la información recopilada durante el proceso de verificación, e incluye datos personales y documentos de identidad. En algunos casos, la diligencia puede ir más allá, y se puede requerir información sobre la actividad profesional o empresarial del cliente.
Toda esta información sirve como punto de partida para el monitoreo de las transacciones que lleva a cabo el individuo. Este monitoreo es un componente esencial de los programas de AML/CTF, puesto que permiten detectar actividades inusuales o sospechosas que se desvían de ese perfil previamente establecido.
En este sentido, es importante recordar que el KYC no es un proceso estático. La AMLD5 exige a las entidades obligadas que, periódicamente, actualicen la información de los clientes (un ejemplo habitual es la vigencia de la documentación presentada durante el proceso de verificación KYC). De esta forma, los perfiles de los clientes siempre se mantienen correctos y precisos, permitiendo un análisis más profundo que podrían indicar alguna actividad ilícita.
La integración de estos procesos de KYC y AML permite a las empresas cumplir con otras obligaciones regulatorias. Hablamos, por ejemplo de las Personas Políticamente Expuestas (PEPs) o las verificaciones contra listas de sanciones internacionales (AML Screening). Estas comprobaciones son fundamentales para prevenir que las instituciones financieras sean utilizadas para actividades como blanqueo de capitales o financiación del terrorismo.
Pese a los evidentes beneficios de integrar procesos de KYC y AML en las instituciones, muchas se enfrentan a muchos desafíos durante su implementación. Experiencia de usuario, actualización de datos o la adaptación a las constantes regulaciones son algunos de los principales retos a los que se enfrentan las organizaciones.
Quizás el mayor desafío de la integración de KYC AML es encontrar un punto de equilibrio entre seguridad, cumplimiento normativo y experiencia de usuario. En muchas ocasiones, los procesos de verificación de identidad y diligencia se hacen excesivamente extensos e incómodos para los clientes. Esto provoca un alto número de abandonos (drop-off) y que clientes legítimos acaben desesperados.
¿Cómo se soluciona este problema? Aplicando tecnologías de verificación de identidad como Didit, que ofrecen verificación de documentos y reconocimiento facial en tiempo real de forma totalmente gratuita e ilimitada, que permite superar un proceso completo de KYC en menos de 30 segundos.
También es conveniente adoptar enfoques basados en riesgos, donde el nivel de diligencia depende del perfil del cliente.
El KYC no es estático. Si bien tecnologías como el KYC reutilizable ayudan a brindar una mejor experiencia de usuario, las verificaciones deben mantenerse actualizadas a lo largo del tiempo. Por ejemplo, los documentos caducados son inválidos a la hora de emitir credenciales verificadas. Por ello, una vez ocurre esto, se deben revocar los permisos.
Gracias a soluciones tecnológicas, puedes controlar que las verificaciones de tus usuarios siempre estén al día, analizando tendencias y optimizando los procesos.
El marco regulatorio para KYC y AML está en continua evolución. Estar al día de lo que dictan estas normativas es complicado, sobre todo en aquellos procesos que se realizan todavía de forma manual: abordar las amenazas emergentes se hace prácticamente imposible.
Esto se hace más complicado cuando las instituciones deben cumplir con regulaciones de diferentes jurisdicciones, que pueden llegar a ser incluso contradictorias entre ellas.
Para ello, la inversión en herramientas externas es la solución más apropiada, con soluciones que aseguren ese cumplimiento normativo de forma automática.
Muchas empresas de distintos sectores necesitan implementar soluciones de KYC y AML. Sin embargo, los costes operativos asociados a estos procesos suelen ser altos, tanto en términos de tecnología como de recursos humanos. Las instituciones se enfrentan a estos desafíos mientras mantienen la eficacia de sus procesos y programas de cumplimiento.
Para ello, soluciones como Didit ayudan a reducir los costes operativos de compliance y reducir esta fricción. Los datos señalan descensos de hasta el 90% de estos costes derivados del cumplimiento normativo, como en el caso de GTBC Finance.
El KYC se ha convertido en una herramienta indispensable contra el crimen financiero. Más allá de ser un requisito regulatorio, es un proceso fundamental que sienta las bases de una efectiva prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo (AML/CFT). A pesar de los desafíos que presentan (equilibrio entre seguridad y experiencia de usuario; o adaptación a normativas en continua evolución), los beneficios de un programa de KYC robusto son innegables.
La adopción de tecnologías avanzadas en los procesos de KYC y AML mejora la detección de actividades sospechosas y ofrece una experiencia de usuario avanzada. Adoptar un enfoque de compliance-first ayudará a muchas empresas a encontrar una ventaja competitiva, protegiendo tanto su reputación como la integridad del sistema financiero global.
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